BIBLIA E
IGLESIA: La Iglesia es una
comunidad que escucha y anuncia la Palabra de Dios. La Iglesia no vive de sí
misma sino del Evangelio y encuentra siempre y de nuevo su orientación en él
para su camino. Es algo que tiene que tener en cuenta cada cristiano y aplicarse
a sí mismo: sólo quien escucha la Palabra puede convertirse después en su
anunciador. No debe enseñar su propia sabiduría, sino la sabiduría de Dios, que
con frecuencia parece necedad a los ojos del mundo (Cf. 1 Corintios 1, 23).
La Iglesia sabe bien que Cristo vive en las
Sagradas Escrituras. Precisamente por este motivo, como subraya la Constitución
dogmática «Dei Verbum»,, siempre ha tributado a las Escrituras divinas una
veneración parecida a la dedicada al mismo Cuerpo del Señor (Cf. «Dei Verbum»,
21). Por esta razón, san Jerónimo decía con razón algo que cita el documento
conciliar: la ignorancia de las Escrituras es ignorancia de Cristo (Cf. «Dei
Verbum», 25).
Iglesia y Palabra de Dios están inseparablemente unidas
entre sí. La Iglesia vive de la Palabra de Dios y la Palabra de Dios resuena en
la Iglesia, en su enseñanza y en toda su vida (Cf. «Dei Verbum», 8). Por este
motivo, el apóstol Pedro nos recuerda que «ninguna profecía de la Escritura
puede interpretarse por cuenta propia; porque nunca profecía alguna ha venido
por voluntad humana, sino que hombres movidos por el Espíritu Santo, han hablado
de parte de Dios» (2 Pt 1, 20).
Damos gracias a Dios porque en estos últimos
tiempos, gracias también al impulso dado por la constitución dogmática «Dei
Verbum», se ha reevaluado más profundamente la importancia fundamental de la
Palabra de Dios. De esto se ha derivado una renovación en la vida de la Iglesia,
sobre todo en la predicación, en la catequesis, en la teología, en la
espiritualidad y en el mismo camino ecuménico. La Iglesia debe renovarse siempre
y rejuvenecer y la Palabra de Dios, que no envejece nunca ni se agota, es el
medio privilegiado para este objetivo. De hecho, la Palabra de Dios, a través
del Espíritu Santo, nos guía siempre de nuevo hacia la verdad plena (Cf. Juan
16, 13).
En este contexto, querría evocar particularmente
y
recomendar la antigua tradición de la «Lectio divina»: la lectura asidua de la
Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el
que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la
oración, se le responde con una confiada apertura del corazón (Cf. «Dei Verbum»,
25). Si se promueve esta práctica con eficacia, estoy convencido de que
producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia. Como punto firme de la
pastoral bíblica, la «Lectio divina» tiene que ser ulteriormente impulsada,
incluso mediante nuevos métodos, atentamente ponderados, adaptados a los
tiempos. No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para
nuestros pasos y luz en nuestro camino (Cf. Salmo 118/119, 105).
…«que
la Palabra del Señor siga propagándose» (Cf. 2 Tesalonicenses 3, 1) hasta los
confines de la tierra para que, a través del anuncio de la salvación, el mundo
entero, oyendo, crea el anuncio de la salvación; creyendo, espere, y esperando,
ame (Cf. «Dei Verbum»1). De todo corazón, ¡gracias! S. S.
Benedicto XVI – P.M. 2005-09-16-
ZS05091620
+++
Pregunta probablemente proviene de un
protestante:
Pregunta sobre los libros canónicos y sobre los
apócrifos.
Los códices que mencioné están en griego, así que
desde el siglo IV, en que se celebró el primer concilio ecuménico, y s. V, la
Biblia de las iglesias orientales tiene más libros que la romana, según el canon
de la Septuaginta. Y si se definió el número de libros en Nicea entonces ¿por
qué los concilios occidentales de Hipona y Cartago varían en cuanto al número de
“deuteronanónicos”?, por qué contradicen lo establecido en un concilio ecuménico
siendo sólo concilios occidentales, y ¿por qué san Jerónimo eliminó cinco de los
siete libros “deuterocanónicos” que el concilio de Trento aceptó finalmente como
cánonicos?, además el concilio de Trento también tiene diferencias respecto a lo
establecido en los cánones bíblicos de Hipona y Cartago, ¿por qué tanta
variación?.
Respuesta de un católico:
Como ya probablemente sabe usted, las Biblias
Católicas tienen 73 libros, 46 en el Antiguo Testamento, y 27 en el Nuevo
Testamento. Las Biblias Protestantes tienen 66 libros con solo 39 en el Antiguo
Testamento. Los libros faltantes en las Biblias Protestantes son: Tobías, Judit,
Baruc, Sabiduría, Sirac, 1 y 2 Macabeos, y partes de Ester y Daniel. Son
llamados los "Deuterocanónicos" por los Católicos y "Apócrifos" por los
Protestantes. Martín Lutero, sin ninguna autoridad de cualquier forma, removió
esos siete libros y los puso en un apéndice durante la reforma, en donde
permanecieron hasta el año de 1826, después del cual fueron removidos
totalmente.
Durante los primeros 300 años del Cristianismo, no
había una Biblia como la conocemos hoy. Los Cristianos tenían la Septuaginta del
Antiguo Testamento, y literalmente cientos de otros libros de los cuales
escoger.
La Iglesia Católica tempranamente notó que tendría
que decidir cuales de estos libros eran inspirados y cuales no lo eran. Los
calurosos debates emergieron entre teólogos, obispos, y padres de la Iglesia
durante muchos años para decidir cuales libros fueron inspirados y cuales no.
Mientras tanto, varios Concilios de la Iglesia o Sínodos fueron convenidos para
tratar dicho asunto, notablemente, Roma en 382, Hipona en 393 y Cartago en 397 y
419. Los debates algunas veces se tornaron amargos entre las dos partes. Uno de
los más famosos fue entre San Jerónimo quien pensaba que los siete libros no
eran canónicos, y San Agustín, quien pensaba que si lo eran. Los Protestantes
que escriben a este respecto, invariablemente mencionan a San Jerónimo y su
oposición, y convenientemente omiten el apoyo de San Agustín. Debo mencionar
aquí que los escritos de los padres de la Iglesia no son declaraciones
infalibles y sus argumentos son solo reflexiones de sus propias opiniones.
Cuando algunos dicen que San Jerónimo estaba en contra de la inclusión de los
siete libros, están meramente mostrando su opinión personal. Cada cual tiene
derecho a su propia opinión. De cualquier forma LA OPINION PRIVADA DE UNA
PERSONA NO CAMBIA PARA NADA LA VERDAD. Siempre existen tres lados en una
historia, este lado, aquel lado y el lado de la verdad. En todo caso, si la
posición de San Jerónimo o la posición de San Agustín era la correcta, tuvo que
haber sido estipulado por un tercero, y este tercero fue la Iglesia
Católica.
Ahora la historia tuvo un cambio dramático cuando
el Papa vino a solucionar el caso. En concurrencia con la opinión de San
Agustín, y siendo incitado por el Espíritu Santo, el Papa San Dámaso I en el
Concilio de Roma en el 382, expidió un decreto apropiadamente llamado, "El
Decreto de Dámaso", en el cual hizo un listado de los libros canónicos del
Antiguo y Nuevo Testamentos. Entonces le pidió a San Jerónimo utilizar este
canon y escribir una nueva traducción de la Biblia que incluyera un Antiguo
Testamento de 46 libros los cuales estaban todos en la Septuaginta, y el Nuevo
Testamento con sus 27 libros.
http://es.catholic.net/foros/viewtopic.php?p=53291#p53291
Observación: Mi única observación a ese artículo
es que realmente la Vulgata de San Jerónimo no es ni fue la versión "oficial" de
la Biblia para la Iglesia Católica. Sí fue la versión más difundida durante
muchos siglos; y, si acaso, fue una versión "cuasi-oficial" o, mejor dicho, de
máximo prestigio.
-.-
En el contexto de la doctrina católica, el
problema de la definición del canon bíblico (pese a su larga y complicada
historia) admite una solución que básicamente es muy sencilla: la Iglesia
fundada por Cristo y asistida por el Espíritu Santo tiene autoridad suficiente
para determinar el canon bíblico, es decir para discernir cuáles libros han sido
inspirados por Dios.
En cambio, en el contexto de la doctrina
protestante, el problema del canon es completamente insoluble: Si creo en el
principio protestante de que la Biblia es la única autoridad en materia
religiosa y la Biblia misma no determina el canon bíblico, no queda en pie
autoridad alguna que pueda determinarlo. Los protestantes, de hecho, han
recibido el canon bíblico (en principio) de la Iglesia Católica, aunque luego
Lutero -contradictoriamente y sin fundamento válido alguno- se haya arrogado el
derecho de modificar ese canon.
Por lo tanto, en definitiva, para los
protestantes, la Biblia es una lista no infalible de libros que infaliblemente
transmiten la Palabra de Dios. La Carta a los Gálatas transmite infaliblemente
la Palabra de Dios, pero el protestante no puede tener certeza absoluta de que
esa Carta sea realmente Palabra de Dios.
-.-
En el contexto de la doctrina católica, el
problema de la definición del canon bíblico (pese a su larga y complicada
historia) admite una solución que básicamente es muy sencilla: la Iglesia
fundada por Cristo y asistida por el Espíritu Santo tiene autoridad suficiente
para determinar el canon bíblico, es decir para discernir cuáles libros han sido
inspirados por Dios.
En cambio, en el contexto de la doctrina
protestante, el problema del canon es completamente insoluble: Si creo en el
principio protestante de que la Biblia es la única autoridad en materia
religiosa y la Biblia misma no determina el canon bíblico, no queda en pie
autoridad alguna que pueda determinarlo. Los protestantes, de hecho, han
recibido el canon bíblico (en principio) de la Iglesia Católica, aunque luego
Lutero -contradictoriamente y sin fundamento válido alguno- se haya arrogado el
derecho de modificar ese canon.
Por lo tanto, en definitiva, para los
protestantes, la Biblia es una lista no infalible de libros que infaliblemente
transmiten la Palabra de Dios. La Carta a los Gálatas transmite infaliblemente
la Palabra de Dios, pero el protestante no puede tener certeza absoluta de que
esa Carta sea realmente Palabra de Dios.
-.-
Ven, Espíritu creador, visita las almas de tus
fieles, llena con tu divina gracia los corazones que creaste. Tú, a quien
llamamos Paráclito, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y
espiritual unción. Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, dedo de la
diestra del Padre; Tú, fiel promesa del Padre que inspiras nuestras palabras.
Ilumina nuestros sentidos, infunde tu amor en nuestros corazones y, con tu
perpetuo auxilio, fortalece la debilidad de nuestro cuerpo. Aleja de nosotros al
enemigo, danos pronto la paz, sé nuestro director y guía para que evitemos todo
mal. Por Ti conozcamos al Padre, al Hijo revélanos también; creamos en Ti, Su
Espíritu, por los siglos de los siglos. Gloria a Dios Padre y al Hijo, que
resucitó, y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos.
Amén.
+++
Una versión y opinión sobre el protestantismo (la
tomo como información de interés, no como artículo de fe, claro
está):
Blog, 5326, día 23 de Junio de 2011 a las
14:15
Don Pío, le regalo una exclusiva que aún no ha
sido reflejada en la prensa española, o al menos eso creo. En Holanda ha sido
dado a conocer hace un par de días.
Le doy el enlace a una de las noticias, el
periódico Trow, uno de los grandes nacionales y del máximo prestigio. Y le doy
una traducción de la primera parte, hecha ahora mismo por mí para usted y sus
lectores que puedan estar interesados en el tema. La conclusión de la prensa
holandesa es que Lutero era "un populista" y que utilizó la
propaganda en su más negativa acepción. Resumen del texto:
*Según la historia, Lutero fue el primero que
intentó que el pueblo pudiera leer la Biblia en su propio idioma. Ya que la
Iglesia Católica lo prohibía... según el mismo Lutero.
Esa imagen popular ha cambiado drásticamente.
Desde bastante antes de Lutero cualquiera podía leer la Biblia en su propia
lengua. Éste es el resultado de una investigación histórica a nivel europeo
llevada a cabo por la Rijksuniversitaeit Groningen, la Universidad de Groningen.
(Aclaro que Groningen, en el norte de Holanda, es un feudo protestante con,
posiblemente, el mayor número de fieles en activo de toda Holanda). La Biblia en
lenguajes populares era ya algo normal bastante antes del protestantismo.
La idea de que la gente normal y corriente pudo
leer la Biblia por sí misma desde hace nada más que 600 años, desde la Reforma,
es un mito protestante, creado y alimentado por nada más ni menos que Lutero.
Eso dice Sabrina Corbellini, directora de la investigación. “El mismo Lutero lo
dijo en uno de sus famosos discursos, que él mismo nunca pudo leer una Biblia en
su idioma, porque la Iglesia Católica lo tenía prohibido".
Según Corbellini, medievalista, esta propaganda
fue difundida por sus seguidores, que se atribuyeron el título de “liberadores
de la Biblia”. Sin embargo, la gente podía leer la Biblia, comentarla,
meditarla, sin ningún problema antes de Lutero.El estudio se ha realizado en
Holanda, Flandes, Italia y Francia. Han investigado también, por primera vez de
un modo estructural, qué clase de gente leía la Biblia, quienes la poseían. En
las ciudades había una élite, que podía leer y escribir, pero también había
carpinteros, zapateros, campesinos, que leían la Biblia. No entendían el latín,
pero tenían acceso a todo tipo de libros. Y los franciscanos y dominicos, entre
otras órdenes de monjes, tuvieron mucha influencia.
Como se ve, la tradición de falsear la historia,
de utilizar la propaganda, de insultar y menoscabar a los otros, ya es antigua y
los protestantes la utilizaron. No sólo contra España, sino contra sus propios
paisanos, contra cualquiera.
La reputación que tienen los protestantes en
Holanda es la de ser personas ligeramente hipócritas, de hacer lo contrario de
lo que dicen, y de ser especialistas en dar una imagen de perfección que se
contradice con su propia realidad. Esto es lo que dice cualquier holandés sobre
un protestante, aunque eso sí, lo dicen con respeto, sin acritud, simplemente
expresando una idea aceptada socialmente.
+++
Los libros
deuterocanónicos de la Biblia
A las 12:16 PM, por Daniel Iglesias – 20.V.MMX
Contrariamente a lo que sostienen muchos protestantes
fundamentalistas, la Iglesia Católica no agregó
ningún libro al Antiguo Testamento. Antes de Cristo hubo dos versiones
del canon del Antiguo Testamento: una corta (la de los judíos palestinenses) y
una larga (la de los judíos alejandrinos y helenistas). La versión larga incluía
siete libros más que la corta: Tobías, Judit, Baruc, Eclesiástico, Sabiduría, 1
Macabeos y 2 Macabeos. También incluía algunas adiciones a los libros de Ester y
Daniel. Hay indicios de que los judíos palestinenses también apreciaban y usaban
esos libros, aunque no los admitían como canónicos.
Después de Cristo los judíos, al cabo de un cierto proceso,
abandonaron el canon alejandrino y mantuvieron sólo el canon palestinense, el
mismo de la Biblia hebrea actual. Sin embargo, la
Iglesia primitiva utilizó sobre todo la “Biblia de los LXX”, la más
antigua versión del Antiguo Testamento en griego (compuesta en Alejandría en los
siglos III, II y I antes de Cristo), que
incluía los siete libros enumerados. El Nuevo Testamento contiene unas
300 citas de la “Biblia de los LXX”. Muy pronto los cristianos se dieron cuenta
de que la Iglesia tenía autoridad para determinar el canon de la Biblia,
independientemente de Israel.
Durante siglos hubo algunas discusiones dentro
de la Iglesia Católica sobre la autenticidad de esos siete libros, que a partir
de cierto momento fueron llamados “deuterocanónicos”, para distinguirlos de los
demás libros de la Biblia, llamados “protocanónicos”. Por ejemplo, San Agustín
se pronunció a favor de la canonicidad de los deuterocanónicos, mientras que San
Jerónimo mantuvo una actitud reticente y algo contradictoria hacia ellos. Aunque
ya en torno al año 400 varios
documentos papales y sínodos se habían pronunciado a favor de la canonicidad de
los deuterocanónicos, las discusiones prosiguieron (en parte debido a la
opinión de San Jerónimo), a pesar de lo cual a lo largo de los siglos una
mayoría cada vez más grande de los cristianos los consideró como canónicos.
Finalmente, la cuestión fue resuelta de un modo explícito y autorizado, a favor
de la canonicidad, en los Concilios Ecuménicos de Florencia (1442) y de Trento
(1546).
En el siglo XVI, Lutero (sin autoridad para ello) quitó esos
escritos del canon de la Biblia, en el ámbito protestante. Por lo tanto, ocurrió
lo contrario de lo que afirman los protestantes fundamentalistas: los protestantes quitaron siete libros de la Biblia, los
deuterocánicos. Para los católicos todos los libros de la Biblia son
igualmente canónicos.
Por otra parte, se puede decir que la Iglesia Católica sí agregó unos cuantos libros a la Biblia,
pero no en el Antiguo Testamento, sino en el Nuevo Testamento. En verdad
todos los libros del Nuevo Testamento fueron escritos por miembros de la Iglesia
Católica, fundada por Jesucristo.
Lutero, a su vez, estableció un falso “canon dentro del
canon” al convertir su herética doctrina de la justificación por la sola fe en
la vara con la que se deberían medir todas las enseñanzas del texto de la
Biblia, recibido por los protestantes de la misma Iglesia Católica. Así Lutero se sintió tentado de quitar del canon bíblico también
la carta de Santiago (contraria a su teología personal de la “sola fe”), la
carta a los Hebreos, la carta de Judas e incluso el libro del Apocalipsis, pero
al final se conformó con considerarlos “menos inspirados” (!?). Sin
embargo, para un texto bíblico dado sólo caben dos posibilidades: o está
inspirado por Dios o no está inspirado por Dios. No puede estar “medio
inspirado”, por la misma razón que una mujer no puede estar medio
embarazada.
Daniel Iglesias
Grèzes
Notas: 1) Este artículo
es una versión corregida y aumentada de un mensaje enviado al Foro de Religión
de Starmedia el día 18/01/2002.
2) Agradezco los valiosos aportes de Mons. Dr.
Miguel Antonio Barriola para este artículo
http://infocatolica.com/blog/razones.php/1005201216-los-libros-deuterocanonicos-d
+++
P:1¿Ha sufrido la Biblia
cambios a lo largo de los siglos? 2¿Podemos estar seguros de que el mensaje no
ha sido tergiversado por el hombre? 3¿Cuáles son las copias más antiguas que se
conservan?
R;1. No. 2. Sí. 3. En el
caso del Nuevo Testamento estamos hablando de manuscritos redactados en el
propio siglo I, a los que hay que añadir otros de los primeros siglos. En el
caso del Antiguo Testamento, lo más antiguo que tenemos procede de Qumrán y, de
manera significativa, coincide con el texto masorético.
P:¿En qué lenguas fueron
escritos los textos del Antiguo y Nuevo Testamento? Si fue el griego (en
dialecto koiné) la lengua escrita del Nuevo, ¿quiere decir eso que, por ejemplo,
San Marcos escribió en griego? ¿No fue en su lengua materna: hebrea o
aramea?
R:1. El Antiguo Testamento
en hebreo con algunos pasajes –muy pocos– en arameo. 2. El Nuevo Testamento en
griego. En contra de lo que piensa la gente, el griego era lengua de Palestina
al menos desde el s. IV a. de C. Para un muchacho como Jesús, Pedro o Marcos era
una lengua más que conocida ya que, como mínimo, eran bilingues... como en la
Cataluña* anterior a Pujol.
Este diálogo con
César Vidal tuvo lugar entre las 17.00 y las 18.00 del martes 31 de octubre
2006
*Zona de España
nord-oriental.
+++
CATOLICIDAD: La finalidad de la misión es una
humanidad transformada en una glorificación viva de Dios, el culto verdadero que
Dios espera: este es el sentido más profundo de la catolicidad, una catolicidad
que ya nos ha sido donada y hacia la cual, sin embargo, debemos avanzar siempre
de nuevo. Catolicidad no sólo expresa una dimensión horizontal, la reunión de
muchas personas en la unidad; también entraña una dimensión vertical: sólo
dirigiendo nuestra mirada a Dios, sólo abriéndonos a él, podemos llegar a ser
realmente uno. Como san Pablo, también san Pedro vino a Roma, a la ciudad a
donde confluían todos los pueblos y que, precisamente por eso, podía
convertirse, antes que cualquier otra, en manifestación de la universalidad del
Evangelio. Al emprender el viaje de Jerusalén a Roma, ciertamente sabía que lo
guiaban las palabras de los profetas, la fe y la oración de Israel.
En
efecto, la misión hacia todo el mundo también forma parte del anuncio de la
antigua alianza: el pueblo de Israel estaba destinado a ser luz de las naciones.
El gran salmo de la Pasión, el salmo 21, cuyo primer versículo "Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has abandonado?" pronunció Jesús en la cruz, terminaba con la
visión: "Volverán al Señor de todos los confines del orbe; en su presencia se
postrarán las familias de los pueblos" (Sal 21, 28). Cuando san Pedro y san
Pablo vinieron a Roma, el Señor, que había iniciado ese salmo en la cruz, había
resucitado; ahora se debía anunciar a todos los pueblos esa victoria de Dios,
cumpliendo así la promesa con la que concluía el Salmo.
Catolicidad
significa universalidad, multiplicidad que se transforma en unidad; unidad que,
a pesar de todo, sigue siendo multiplicidad. Las palabras de san Pablo sobre la
universalidad de la Iglesia nos han explicado que de esta unidad forma parte la
capacidad de los pueblos de superarse a sí mismos para mirar hacia el único
Dios.
El fundador de la teología católica, san Ireneo de Lyon, en el
siglo II, expresó de un modo muy hermoso este vínculo entre catolicidad y
unidad: "la Iglesia recibió esta predicación y esta fe, y, extendida por toda la
tierra, con esmero la custodia como si habitara en una sola familia. Conserva
una misma fe, como si tuviese una sola alma y un solo corazón, y la predica,
enseña y transmite con una misma voz, como si no tuviese sino una sola boca.
Ciertamente, son diversas las lenguas, según las diversas regiones, pero la
fuerza de la tradición es una y la misma. Las Iglesias de Alemania no creen de
manera diversa, ni transmiten otra doctrina diferente de la que predican las de
España, las de Francia, o las del Oriente, como las de Egipto o Libia, así como
tampoco las Iglesias constituidas en el centro del mundo; sino que, así como el
sol, que es una criatura de Dios, es uno y el mismo en todo el mundo, así
también la luz de la predicación de la verdad brilla en todas partes e ilumina a
todos los seres humanos que quieren venir al conocimiento de la verdad"
(Adversus haereses, I, 10, 2).
La unidad de los hombres en su
multiplicidad ha sido posible porque Dios, el único Dios del cielo y de la
tierra, se nos manifestó; porque la verdad esencial sobre nuestra vida, sobre
nuestro origen y nuestro destino, se hizo visible cuando él se nos manifestó y
en Jesucristo nos hizo ver su rostro, se nos reveló a sí mismo. Esta verdad
sobre la esencia de nuestro ser, sobre nuestra vida y nuestra muerte, verdad que
Dios hizo visible, nos une y nos convierte en hermanos. Catolicidad y unidad van
juntas. Y la unidad tiene un contenido: la fe que los Apóstoles nos
transmitieron de parte de Cristo.
Hemos dicho que catolicidad de la
Iglesia y unidad de la Iglesia van juntas. El hecho de que ambas dimensiones se
nos hagan visibles en las figuras de los santos Apóstoles nos indica ya la
característica sucesiva de la Iglesia: apostólica. ¿Qué significa?
El
Señor instituyó doce Apóstoles, como eran doce los hijos de Jacob, señalándolos
de esa manera como iniciadores del pueblo de Dios, el cual, siendo ya universal,
en adelante abarca a todos los pueblos. San Marcos nos dice que Jesús llamó a
los Apóstoles para que "estuvieran con él y también para enviarlos" (Mc 3, 14).
Casi parece una contradicción. Nosotros diríamos: o están con él o son enviados
y se ponen en camino.
El Papa san Gregorio Magno tiene un texto acerca
de los ángeles que nos puede ayudar a aclarar esa aparente contradicción. Dice
que los ángeles son siempre enviados y, al mismo tiempo, están siempre en
presencia de Dios, y continúa: "Dondequiera que sean enviados, dondequiera que
vayan, caminan siempre en presencia de Dios" (Homilía 34, 13). El Apocalipsis se
refiere a los obispos como "ángeles" de su Iglesia; por eso, podemos hacer esta
aplicación: los Apóstoles y sus sucesores deberían estar siempre en presencia
del Señor y precisamente así, dondequiera que vayan, estarán siempre en comunión
con él y vivirán de esa comunión.
La Iglesia es apostólica porque
confiesa la fe de los Apóstoles y trata de vivirla. Hay una unicidad que
caracteriza a los Doce llamados por el Señor, pero al mismo tiempo existe una
continuidad en la misión apostólica. San Pedro, en su primera carta, se refiere
a sí mismo como "co-presbítero" con los presbíteros a los que escribe (cf. 1 P
5, 1). Así expresó el principio de la sucesión apostólica: el mismo ministerio
que él había recibido del Señor prosigue ahora en la Iglesia gracias a la
ordenación sacerdotal. La palabra de Dios no es sólo escrita; gracias a los
testigos que el Señor, por el sacramento, insertó en el ministerio apostólico,
sigue siendo palabra viva.
Con esto no queremos olvidar que el sentido
de todas las funciones y los ministerios es, en el fondo, que "lleguemos todos a
la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a
la medida de Cristo en su plenitud", de modo que crezca el cuerpo de Cristo
"para construcción de sí mismo en el amor" (Ef 4, 13. 16).
En este
momento de la historia, lleno de escepticismo y de dudas, pero también rico en
deseo de Dios, reconocemos de nuevo nuestra misión común de testimoniar juntos a
Cristo nuestro Señor y, sobre la base de la unidad que ya se nos ha donado, de
ayudar al mundo para que crea. Y pidamos con todo nuestro corazón al Señor que
nos guíe a la unidad plena, a fin de que el esplendor de la verdad, la única que
puede crear la unidad, sea de nuevo visible en el mundo.
El evangelio de
este día nos habla de la confesión de san Pedro, con la que inició la Iglesia:
"Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16). He hablado de la Iglesia
una, católica y apostólica, pero no lo he hecho aún de la Iglesia santa; por
eso, quisiera recordar en este momento otra confesión de Pedro, pronunciada en
nombre de los Doce en la hora del gran abandono: "Nosotros creemos y sabemos que
tú eres el Santo de Dios" (Jn 6, 69). ¿Qué significa? Jesús, en la gran oración
sacerdotal, dice que se santifica por los discípulos, aludiendo al sacrificio de
su muerte (cf. Jn 17, 19). De esta forma Jesús expresa implícitamente su función
de verdadero Sumo Sacerdote que realiza el misterio del "Día de la
reconciliación", ya no sólo mediante ritos sustitutivos, sino en la realidad
concreta de su cuerpo y su sangre.
En el Antiguo Testamento, las
palabras "el Santo de Dios" indicaban a Aarón como sumo sacerdote que tenía la
misión de realizar la santificación de Israel (cf. Sal 105, 16; Si 45, 6). La
confesión de Pedro en favor de Cristo, a quien llama "el Santo de Dios", está en
el contexto del discurso eucarístico, en el cual Jesús anuncia el gran Día de la
reconciliación mediante la ofrenda de sí mismo en sacrificio: "El pan que yo
daré es mi carne para la vida del mundo" (Jn 6, 51).
Así, sobre el telón
de fondo de esa confesión, está el misterio sacerdotal de Jesús, su sacrificio
por todos nosotros. La Iglesia no es santa por sí misma, pues está compuesta de
pecadores, como sabemos y vemos todos. Más bien, siempre es santificada de nuevo
por el Santo de Dios, por el amor purificador de Cristo. Dios no sólo ha
hablado; además, nos ha amado de una forma muy realista, nos ha amado hasta la
muerte de su propio Hijo. Esto precisamente nos muestra toda la grandeza de la
revelación, que en cierto modo ha infligido las heridas al corazón de Dios
mismo. Así pues, cada uno de nosotros puede decir personalmente, con san Pablo:
"Yo vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí"
(Ga 2, 20).
Pidamos al Señor que la verdad de estas palabras penetre
profundamente, con su alegría y con su responsabilidad, en nuestro corazón.
Pidámosle que, irradiándose desde la celebración eucarística, sea cada vez más
la fuerza que transforme nuestra vida. S. S. BENEDICTO XVI – P.P. 2005-06.29 -
+++
En la Iglesia
toda tarea es importante, cuando se coopera a la realización del reino de Dios.
La barca de Pedro, para que pueda avanzar con seguridad, necesita
numerosas tareas escondidas que, junto con otras más visibles, contribuyen al
desarrollo regular de la
navegación. Es indispensable no perder jamás de vista el
objetivo común, es decir, la entrega a Cristo y a su obra de salvación. Dos mil
años navega la barca de Pedro, como Cristo ordena: ‘pescadora de
hombres’.-
¿Se puede confiar en quien
que ha mentido en algo tan fundamental? No! Las sectas con sus predicadores que
acomodan la Biblia, interpretando según sus conveniencias, mienten y no merecen
nuestra confianza.
Libros deutero - canónicos.
Dicen
algunas sectas:
«el clero romano acusa a los evangélicos de
que las versiones de la Biblia de éstos están "truncadas" y que las Biblias
llamadas "evangélicas" son diferentes a las católicas».
Respuesta católica:
Ni "en
ciertas ocasiones" , ni "acusa". La Iglesia y el clero -dentro de ella-, tienen
razones sólidas para afirmar
que las Biblias—así llamadas—"evangélicas", están incompletas. El
propósito de esta respuesta es indicar los puntos en que tales sectas se
equivocan o algunos cristianos están mal informados como formados. Para nosotros los católicos que nacemos con Cristo y
escribimos el Nuevo Testamento, esto no es un enigma sino todo lo
contrario, es algo cristalinamente claro. Aunque comprendemos por qué no es
claro para el protestante, ya que cada protestante debe, de alguna manera,
hacerse su propia fe en forma privada para luego decidir que agrupación eclesial
responde a sus propias interpretaciones de la Escritura.
+++
La Sagrada
Escritura
‘Biblia’, se compiló en su estructura canónica
definitiva, habiendo ya iniciado el siglo IV, o sea, después del año 300 cuando
las peores persecuciones daban indicios de aplacarse, mas no desaparecidas
aún.
+++
Los
Deuterocanónicos
Razones
basadas en su contenido por las que los protestantes los
rechazan.
Por Ing. José
Miguel Arráiz
Introducción
Recientemente
navegando en Internet me encontré con un estudio anónimo que comentaba entre
otras cosas, algunas razones por las cuales los libros deuterocanónicos no
podían ser inspirados basadas en su conetenido. Luego de investigar la fuente
del estudio pude averiguar gracias a un buen amigo que estaba basado en el libro
"La Biblia como se convirtió en Libro" de Terry May, donde hay un apéndice
escrito por Roberto LLoyd que se llama "Porque no aceptamos los libros
apócrifos".
Luego de leer con atención el estudio he querido hacer algunos
comentarios sobre el mismo y compartirlos con mis hermanos.
Los
argumentos presentados en el estudio los colocaré en un recuadro de fondo
azul,
los pasajes bíblicos y cualquier otra referencia la colocaré en un recuerdo de
fondo verde.
Argumento
1: Los deuterocanónicos no pueden ser inspirados porque no afirman
serlo
Este
argumento era presentado en el estudio de la siguiente manera:
…Es dentro de los
propios libros donde vemos que carecen de una de la principales fuentes para
entender que algo es inspirado por Dios, pues no aparece ninguna de estas
frases: "Así dice Jehová", "Vino a mí palabra de Jehová", "Habló Jehová a..." y
por el contrario expresan su inspiración humana, tal y como
aparece en 2ª de Macabeos 15.37-38 "...Y yo termino aquí mi
narración. Si está bien escrita y
ordenada, esto fue lo que me propuse. Si es mediocre y sin valor, solo eso fue
lo que pude hacer ". Claramente expresa que es de propia creación,
pues no habla para nada de inspiración divina.
|
Y luego
continúa:
Asimismo, en el
prólogo del libro Eclesiástico, habla el nieto del escritor en estos términos:
"... Los que leen las Escrituras
tienen el deber no solamente de adquirir ellos mismos muchos conocimientos, sino
que deben ser capaces de ayudar, tanto de palabra como por escrito, a quienes no
han recibido esta instrucción. Así lo hizo mi abuelo Jesús. En primer lugar se
dedicó de lleno a la lectura de la ley y los profetas, y de los demás libros
recibidos de nuestros antepasados, y alcanzó un conocimiento muy grande de
ellos; y luego él mismo se sintió movido a escribir un libro sobre la
instrucción y la sabiduría, para que, practicando sus enseñanzas, las personas
deseosas de aprender puedan hacer mayores progresos viviendo de acuerdo con la
ley". Expresa claramente que su abuelo quiso realizar un libro
didáctico, para ayudar al conocimiento de la Ley, pero no expresa para nada
algún tipo de revelación, sino que es escrito basándose en el conocimiento
adquirido, por su experiencia, de la
primera.
|
Lo
primero que viene a la mente ante este argumento son las siguientes
interrogantes fundamentales.
1)
¿Piensa el autor que para que un libro sea inspirado debe afirmar que lo
es?
2)
¿Piensa el autor que por el hecho de que un libro afirme ser inspirado entonces
lo es?
Comencemos
con la primera:
1)
¿Piensa el autor que para que un libro sea inspirado debe afirmar que lo
es?
Si
el autor piensa que la respuesta es SI entonces realmente está muy
pero muy equivocado. De hecho muy pocos libros de la Biblia afirman ser
inspirados y muchos de los libros que los protestantes si aceptan en su canon no
afirman ser de inspiración divina y de ser cierto este criterio tendrían,
siguiendo su línea e pensamiento, que desecharlos también.
El
libro de Rut por ejemplo (que aceptan los protestantes) no dice por ninguna
parte "Así dice Jehová", "Vino a mí palabra de Jehová", "Habló Jehová
a..."
Otro
ejemplo clarísimo lo vemos en el comienzo del evangelio de Lucas:
“Puesto que muchos han
intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros,
tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos
oculares y servidores de la Palabra, he decidido yo
también,
después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes,
escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, para
que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.” Lucas
1,1-4
|
Tenemos
nada menos al evangelista afirmando que él había decidido luego de INVESTIGAR
todo diligentemente, narrar los hechos para que Teófilo conociera las enseñanzas
que ha recibido. Se puede ver claramente que:
1.1)
No se ve que el estaba conciente de estar escribiendo un libro inspirado por
Dios
1.2)
No se ve que estuviera conciente de que su escrito fuera destinado a pertenecer
a la Biblia (De hecho era dirigido a Teófilo)
1.3)
Tampoco afirma "Vino a mí palabra de Jehová", "Habló Jehová a..." requisito que
parece exigir el autor protestante a un libro para que según él sea inspirado,
sino que el mismo autor reconoce que es un compendio de su “investigación
diligente”.
Por
tanto, el mismo criterio que utiliza el protestante para descalificar el
Eclesiástico y el de Macabeos descalifica también el evangelio de
Lucas.
Otro
ejemplo lo vemos en el libro del Eclesiastés también aceptado por protestantes,
que comienza diciendo:
Palabras
de Cohélet, hijo
de David, rey en Jerusalén” Eclesiastés
1,1
|
Y
no solo eso, en su libro afirma desconocimiento de ciertos hechos que Dios
ciertamente si conoce:
“¿Quién sabe si el aliento de vida de los
humanos asciende hacia arriba y si el aliento de vida de la bestia
desciende
hacia abajo, a la tierra? Veo que no hay para el hombre nada mejor
que gozarse en sus obras, pues esa es su paga. Pero ¿quién le guiará a contemplar lo
que ha de suceder después de él?” Eclesiastés
3,21-22
|
Si
se lee con atención el libro completo podrá ver que se repiten muchas
expresiones similares (Eclesiastés 3,19 por ejemplo).
En
resumen tenemos a Cohelet diciendo:
1.1)
Que el libro es “palabra suya”
1.2)
Afirmando desconocer hechos que Dios conoce.
¿Por
qué entonces siguiendo ese mismo criterio los protestantes no desconocen este
libro? Sencillamente porque la respuesta a la pregunta 1 es NO, y que para
que un libro sea inspirado NO DEBE afirmar que lo es.
Pasemos
a la segunda interrogante fundamental:
2)
¿Piensa el autor que por el hecho de que un libro afirme ser inspirado, entonces
lo es?
Si
la respuesta del autor a esta pregunta es SI ¡¡entonces tendría que
reconocer hasta el Corán!!, ya que el Corán afirma ser Palabra de Dios, y no
solo el Corán, sino cientos de escritos más y no están en la Biblia
protestante.
Si
analizamos las respuestas a estas dos interrogantes tenemos que:
Para
que un libro sea inspirado NO TIENE que decir que lo es, y
que un libro diga por sí mismo ser inspirado NO ES
PRUEBA de que de hecho lo es. Por tanto, todo este argumento protestante
es insuficiente.
Argumento 2: El
libro de Tobías (uno de los deuterocanónicos) no puede ser inspirado porque
afirma que Dios puede perdonar pecados gracias a la
limosna.
El argumento es
planteado de la siguiente manera:
Tobit
12.9 "Dar limosna
salva de la muerte y purifica de todo pecado. Los que dan limosna gozarán de
larga vida". El
perdón de los pecados gracias a las limosnas.
|
Aquí el autor
está cometiendo varios errores al descalificar este libro simplemente porque que
la Biblia dice algo que no acepta la doctrina de su denominación, y por eso el
hecho de que un pasaje mencione que Dios puede otorgar misericordia a quien obra
en caridad no es para él aceptable. La pregunta de rigor sería
¿Descalificará también el autor la carta del apóstol
Pedro?
“Y
sobre todo, tened entre vosotros ferviente caridad;
porque la caridad cubrirá multitud de pecados” 1
Pedro
4,8
|
Aquí el problema
es que bajo la óptica protestante basada en la “Sola
Fides” no hay un entendimiento claro de la doctrina del mérito, la
cual es interpretada por ellos con una vía donde los católicos “compramos” el
perdón de los pecados por medio de obras. Realmente no es así, los católicos
creemos que la salvación es “gracia”, pero también que Dios
nos ha dado la “gracia” de recompensar nuestro
SI hacia él. Si quiere profundizar más en este tema consulte el estudio “El
mérito, por Charles Journet”, pero por lo pronto, nos limitamos a
comentar que la idea de que Dios recompensando nuestros méritos corone sus
dones, está ampliamente enseñada en todo el
evangelio.
“Bienaventurados
los misericordiosos: porque ellos alcanzarán
misericordia. Mateo
5,7
“Para
que sea tu limosna en secreto: y tu Padre que ve en secreto, él te
recompensará en público. Mateo
6,4
“Mas
haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde
ladrones no minan ni hurtan” Mateo 6,20
“Sepa
que el que hubiere hecho convertir al pecador del error de su camino, salvará un
alma de muerte, y cubrirá multitud de pecados.” Santiago
5,20
“Y cualquiera
que diere á uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, en nombre de
discípulo, de cierto os digo, que no perderá su
recompensa” Mateo
10,42
“Y el que planta
y el que riega son una misma cosa; aunque cada
uno recibirá su recompensa conforme á su labor” 1
Corintios 3,8
“Si permaneciere
la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa” 1
Corintios
3,14
|
Se
concluye también que este argumento es insuficiente.
Argumento 3: El
Eclesiástico (uno de los deuterocanónicos) no puede ser inspirado porque afirma
que Dios aborrece a los malvados y les dará su castigo y pide dar al bueno y no
al malvado.
Este argumento es
planteado de la siguiente manera:
Eclesiástico
12.6-7 "También Dios
aborrece a los malvados y les dará su castigo. Debes dar al bueno, pero no al
malvado; da alivio al afligido, pero no des nada al orgulloso". Contradice claramente el mandato divino
de amar a nuestros enemigos y no tiene en cuenta la misericordia divina. A
nosotros no nos es permitido juzgar si una persona es buena o no, todo el juicio
le pertenece a Dios.
|
Aquí
nuestro autor protestante nuevamente se equivoca por no comprender que la Biblia
es una revelación progresiva donde Dios poco a poco se va revelando a los
hombres hasta llegar a la plenitud de la revelación que es en sí mismo Cristo.
No podemos desechar como inspirados todos los libros donde la revelación no
había llegado a su plenitud y donde Cristo no le había dado su toque definitivo.
Recordemos también que en la Biblia Dios es el autor principal y el hombre es el
instrumento o autor secundario, y debemos por tanto entender que la cultura de
su época influya en sus escritos como el lápiz en la intensidad de la línea
sobre el papel, y no por esto dejen de tener el “sello divino”. Por eso la
importancia de interpretar la Biblia en su contexto.
Pero el problema
al que se enfrenta el autor es que dicho argumento también se vuelve contra él
mismo cuando en otros libros si aceptados por protestantes también se observa
exactamente lo mismo. Unos ejemplos:
“Y
perseguiréis á vuestros enemigos, y caerán á cuchillo delante de
vosotros: Y cinco de vosotros perseguirán á
ciento, y ciento de vosotros perseguirán á diez mil, y
vuestros enemigos caerán á cuchillo delante de vosotros.” Levítico 26,7-8
“El volverá el
mal á mis enemigos: Córtalos
por tu verdad”.
Salmo
54,5 Biblia Reina-Valera (Salmo 54,7 Biblia de
Jerusalén)
Sea su mesa
delante de ellos por lazo, Y lo que es para bien por tropiezo. Sean oscurecidos
sus ojos para ver, Y haz siempre titubear sus lomos. Derrama
sobre ellos tu ira,
Y el furor de tu enojo los alcance. Sea su palacio
asolado: En sus tiendas no haya morador. Porque persiguieron al que tú heriste;
Y cuentan del dolor de los que tú llagaste. Pon
maldad sobre su maldad, Y no entren en tu justicia. Salmo
69,22-28 Biblia Reina-Valera (Salmo 69,23-29 Biblia de
Jerusalén)
“Perseguido
he mis enemigos, y alcancélos, Y no volví hasta acabarlos. Helos
herido, y no podrán levantarse: Cayeron debajo de mis
pies. Pues me ceñiste de fortaleza para
la pelea; Has agobiado mis enemigos debajo de mí. Y dísteme la cerviz de mis
enemigos, Y destruí á los que me aborrecían.
Clamaron, y no hubo quien salvase: Aun
á Jehová, mas no los oyó. Y molílos como polvo delante del
viento; Esparcílos como lodo de las calles”. Salmo
18,37-42 Biblia Reina-Valera (Salmo 18,38-43 Biblia de
Jerusalén)
|
Pasajes
como estos abundan en casi todo el Antiguo Testamento, más con estos es
suficiente para lo que nos aboca.
Vemos
allí que el Salmista pide que sus enemigos “sean
cortados”, que Dios “derrame su ira sobre ellos”, que
“ponga maldad sobre su maldad y que no
se salven”, que “sean acabados” y que aunque
clamaron Dios “no los oyó”. Si comparamos esto
con la revelación de Cristo cuando clamó en la cruz: “Padre, perdónalos que no saben lo que
hacen” (Lucas
23,43)
y el corazón del evangelio que no enseña a “amar
a los que nos odian” (Mateo
5,44-45) evidentemente
encontraremos una evolución enorme en la revelación y de aquello que Dios quiere
para nosotros, más no por eso quiere decir que esos escritos no hayan
pertenecido a libros inspirados por Dios, sino que ha sido Dios quien por Cristo
ha traído la revelación definitiva y por eso Cristo mismo
enseña:
“«Habéis
oído que se dijo: = Amarás a tu prójimo = y odiarás a tu enemigo. Pues
yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan,
para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre
malos y buenos, y llover sobre justos e injustos.” Mateo
5,43-45
|
Volviendo
a nuestro punto, y tratando de escapar de las dificultades que podemos tener
para entender esos duros pasajes del Antiguo Testamento, lo cierto es que si los
protestantes van a rechazar el libro del Eclesiástico por la razón de que en un
pasaje no enseña el amor a los enemigos, entonces mejor sería que rechazaran
medio Antiguo Testamento de plano y así no demostrar un doble
criterio.
Se
concluye también que este argumento es insuficiente.
Argumento 4: El
libro de Judit (uno de los deuterocanónicos) no puede ser inspirado porque Dios
no justifica la mentira y menos la inspira y Judit pide a Dios poder para
engañar.
Este argumento es
planteado de la siguiente manera:
Judit
9.13 "Dame
palabras para poder engañarlos y causarles el desastre y la muerte, pues tienen
planes perversos contra tu alianza, contra el templo consagrado a ti, contra el
monte Sión y contra la ciudad que es hogar y propiedad de tus hijos". Dios
es la verdad, nunca justifica la mentira y menos la inspira, por lo que este
texto enseña algo contrario a la Palabra de Dios.
|
Aquí
la visión fundamentalista de la Biblia del autor protestante vuelve a
equivocarse por no entender aquello de “Misericordia quiero y no
sacrificio” (Óseas 6,6)
Antes
de refutar este argumento bíblicamente permítanme colocarles un ejemplo
real:
Imaginen
que ustedes hubieran sido parte de un hogar alemán de la segunda guerra mundial
que dio refugio a una familia judía para que no fuera a ser llevada a un campo
de concentración Nazi. Imagine que llegan oficiales Nazi preguntando si hay
judíos en su casa. ¿Qué debe hacer usted?
Decir
la verdad porque Dios manda no mentir, decir que ellos están en su casa causando
que ellos sean encarcelados y lo más seguro asesinados.
Decir
que ellos no están allí (mentir) para que ellos se salven.
Si
su respuesta es “Decir la verdad” es usted el más
grande fariseo de todos los tiempos, y aunque usted se engañe diciendo que
obedeció a Dios, lo que realmente se hizo fue participe del asesinato de esa
familia y Dios le pedirá cuentas y le recordará como le recordó a los fariseos
de la época “Misericordia quiero y no
sacrificio”.
Ahora, analizando
el argumento en cuestión, vemos que en ciertos casos faltar a este precepto por
una causa mayor no solo no es castigado por Dios sino recompensado y un caso muy
similar al ejemplo que yo he puesto sale narrado en la Biblia y lo vemos en el
libro de Josué (aceptado por los protestantes), donde una prostituta fue
justificada cuando escondió a los espías del pueblo de Israel y MINTIO a quienes les perseguían
para que no les capturaran.
“Josué, hijo de Nun, envió
secretamente desde Sittim dos espías con esta orden: «Id y explorad el país y
Jericó.» Fueron y entraron en casa de una prostituta, llamada Rajab, y durmieron
allí. Se le dijo al rey de Jericó: «Mira que unos hombres israelitas han entrado
aquí por la ncohe para explorar el país.» Entonces el rey de Jericó mandó decir a
Rajab: «Haz
salir a los hombres que han entrado donde ti - que han entrado a tu casa -
porque han venido para explorar todo el país.» Pero
la mujer tomó a los dos hombres y los escondió. Luego respondió: «Es verdad que
esos hombres han venido a mi casa, pero yo no sabía de dónde eran. Cuando
se iba a cerrar la puerta por la noche, esos hombres salieron y no sé adónde han
ido. Perseguidles aprisa, que los alcanzaréis.» Pero
ella los había hecho subir al terrado y los había escondido entre unos haces de
lino que tenía amontanados en el terrado” Josué
2,1-6
|
Incluso
si leemos la carta del apóstol Santiago vemos nada menos que el apóstol afirma
que por esta acción de Rajab (Mentir al rey) ella fue justificada.
“Del mismo modo Rajab, la
prostituta, ¿no quedó justificada por las obras
dando hospedaje a los mensajeros y haciéndoles marchar por otro camino?”
Santiago
2,25
|
Ahora,
puede que nuestro amigo sea de quienes por decir la verdad hubiera entregado a
los espías del pueblo de Israel o a la familia judía para que fuera llevada al
campo de concentración. Incluso acepto que piense diferente a mi en este punto,
más el punto no es ese realmente. El punto es que en base a su criterio el autor
debería descartar también el libro de Josué y la carta de Santiago o demostrar
tener un doble criterio.
Se
concluye también que este argumento es insuficiente.
Argumento 5: El
libro de Sabiduría (uno de los deuterocanónicos) no puede ser inspirado porque
según el Génesis Dios crea al mundo de la nada y allí se afirma que lo creó de
la materia sin forma.
Este argumento es
planteado de la siguiente manera:
Sabiduría
11.17 "Tu
mano omnipotente, que de la materia sin forma creó el mundo".
Según el Génesis Dios crea el mundo de la nada, sólo con su
Palabra.
|
Aquí
el autor del escrito ve contradicciones donde no las hay, ya que ¿No creó Dios
la materia sin forma de la nada acaso?
Seamos
sinceros, Que Dios haya creado todo de la nada no quiere decir que no haya
podido, a través de un proceso, partiendo de algo que el creó de la nada, seguir
creando. Al fin y al cabo todo fue creado de la nada, porque lo primero que Dios
creó lo creó de la nada (valga la redundancia) y de allí partió para crear el
resto.
Así
por ejemplo, en el mismo Génesis vemos que Dios creó al hombre “del
polvo de la tierra” y a la mujer de la “costilla del hombre”, no “de la
nada” y no por eso se contradice el Génesis a sí mismo.
Se
concluye también que este argumento es insuficiente.
Argumento 6: El
libro de Macabeos (deuterocanónico) no puede ser inspirado porque justifica el
orar por los muertos.
Este argumento es
planteado de la siguiente manera:
2ª de
Macabeos 12.45 "Si él no hubiera
creído en la resurrección de los soldados muertos, hubiera sido innecesario e
inútil orar por ellos. Pero, como tenía en
cuenta que a los que morían piadosamente los aguardaba una gran recompensa, su
intención era santa y piadosa. Por esto hizo ofrecer ese sacrificio por los
muertos, para que Dios les perdonara su pecado". Justifica
el orar por los muertos.
|
Tenemos
aquí que la razón es nada menos que como el libro enseña que es piadoso orar por
el descanso eterno de los difuntos, ya es razón de que el libro no sea
inspirado. Lo cierto es que el hecho de que este pasaje contradiga la doctrina
protestante NO QUIERE DECIR que no sea
inspirado. De hecho, sino va a ser inspirado aquello que contradiga la doctrina
protestante, entonces media Biblia no lo es. (Véase el artículo “El
evangelio versus evangélicos”)
Cuando
Lutero intentó eliminar del Canon los libros deuterocanónicos, trató de eliminar
también del Nuevo Testamento Hebreos, Santiago, Judas y el Apocalipsis por la
misma razón. El libro de Macabeos contradecía explícitamente su enseñanza ya que
él había negado la doctrina del purgatorio. Hebreos era también una piedra de
tropiezo ya que contradecía varias de sus doctrinas. Primeramente refutaba
tajantemente la doctrina de que el hombre no puede perder su salvación (Hebreos
2,1-3) y no solo eso, sino que ¡citaba un hecho que solamente estaba mencionado
en el libro de Macabeos que él ya había rechazado!.
El suceso
en cuestión es narrado en 2
Macabeos 7 cuando durante la persecución de los Macabeos fueron apresados siete
hermanos y su madre. El rey los torturó para que comieran alimentos impuros
prohibidos por la Ley. Uno tras uno murieron afirmando esperar la resurrección
para la vida eterna. (2 Mac 7, 1.5-9). Este hecho es claramente citado en
Hebreos 11,35 donde nada menos que el autor de la epístola menciona todos aquellos
hechos heroicos que narran las Escrituras sobre nuestros antepasados (¡Hecho que
no es narrado en ninguno de los libros
protocanónicos!).
Volviendo al
punto, aquí no hay argumento. No es posible negar la canonicidad de un libro
porque contradiga la interpretación de cierta denominación y cuya interpretación
es diferente a la de la Iglesia entera durante la
história.
Si quiere
profundizar en este tema y el tema del purgatorio puede
revisar.
Se concluye
también que este argumento es insuficiente.
Argumento 7: El
libro de Judit y el de Baruc (deuterocanónicos) no puede ser inspirado porque
contienen imprecisiones históricas
Este argumento es
planteado de la siguiente manera:
Judit
1.1
“Cuando Nabucodonosor estaba en el año doce de su reinado sobre los asirios
en Nínive, su capital”. Está demostrado y documentado que
Nabucodonosor nunca fue rey de Asiria sino de Babilonia, aunque conquistó
este reino nunca trasladó su capital a
Nínive.
Baruc
1.1-2 “Este
es el libro que Baruc, hijo de Nerías y descendiente de Maaseías, Sedequías,
Hasadías e Hilquías, escribió en Babilonia el día siete del mes del año quinto
después que los caldeos se apoderaron de Jerusalén y la incendiaron.”. Crea
contradicción con el libro de Jeremías, que afirma claramente que Baruc no
estaba en Babilonia, sino en Egipto: “Por el contrario, Johanán y todos
los jefes militares reunieron a la poca gente de Judá que aún quedaba …
incluyendo a Jeremías y a Baruc. Sin hacer caso de la orden del Señor, todos
ellos se fueron a Egipto y llegaron hasta la ciudad de Tafnes.” (Jeremías
43.4-7)
|
El hecho de que
algún libro de la Biblia tenga imprecisiones históricas NO LE
DESCALIFICA como inspirado. De hecho, muchos libros protocanónicos (que
también aceptan los protestantes como inspirados) las tienen y no por eso ellos
los descalifican.
Lo
importante es entender que las Sagradas Escrituras por ser Palabra de Dios
contienen la verdad en orden de nuestra salvación. En la Biblia puede haber
imprecisiones geográficas o históricas, pues no es un libro científico ni
tampoco es un libro hecho con los criterios modernos para escribir historia.
(Eso no era esencial para los antiguos). Lo fundamental es que la Biblia es un
libro religioso y que está dirigido principalmente a revelarnos lo que Dios
ha dispuesto para nuestra salvación. Los autores de la Biblia escribían los
hechos según la tradición que habían recibido oralmente y no tuvieron intención
de hacer unos libros científicos sobre el origen del mundo o sobre la historia
de Israel.
Lo que sus autores querían era transmitirnos, con mirada de fe, el
sentido y la importancia viva y actual de lo que Dios había hecho en favor de su
pueblo y del mensaje que había proclamado por sus profetas y el mismo
Jesús.
Así mismo no nos
debería sorprender:
7.1)
Que en los libros de Samuel se recojan dos tradiciones diferentes de la muerte
de Saul:
Dijo Saúl a su
escudero:
«Saca tu espada y traspásame, no sea que lleguen esos incircuncisos y
hagan mofa de mí », pero el escudero no quiso pues estaba lleno de temor. Entonces Saúl
tomó la espada y se arrojó sobre ella. Viendo el escudero que Saúl había
muerto, se arrojó también sobre su espada y murió con él. 1
Samuel 31,4-5
Dijo David al joven que le
daba la noticia ": «¿Cómo sabes que han muerto Saúl y su
hijo Jonatán?» Respondió el joven que daba la noticia: «Yo estaba
casualmente en el monte Gelboé; Saúl se apoyaba en su lanza, mientras los carros
y sus guerreros le acosaban. Se volvió y al verme me llamó y contesté: "Aquí
estoy." Me dijo: "¿Quién eres tú?" Le respondí: "Soy un amalecita." Me
dijo: [Saul] "Acércate a mí y mátame, porque me ha acometido un vértigo aunque
tengo aún toda la vida en mí." Me
acerqué a él y le maté, pues sabía que no podría
vivir después de su caída; luego tomé la diadema que tenía en su cabeza y el
brazalete que tenía en el brazo y se los he traído aquí a mi señor.»
2
Samuel 5,1-10
|
En
la primera tradición que recopila la muerte de Saúl el mismo se mata. En la
segunda tradición es un amalecita quien le mata. A pesar de ser dos tradiciones
diferentes, el profeta recopila AMBAS.
¿Quiere decir
esto que los libros de Samuel no son inspirados? ¿Por qué no desecha también el
autor estos libros con la excusa de que hay imprecisiones
históricas?
7.2)
La muerte de Judas es recogida de dos tradiciones diferentes:
“Entonces Judas, el que le
entregó, viendo que había sido condenado, fue acosado por el
remordimiento, y devolvió
las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo: «Pequé
entregando sangre inocente.» Ellos dijeron: «A nosotros, ¿qué? Tú verás.» El
tiró las monedas en el Santuario; después
se retiró y fue y se ahorcó.” Mateo
27,3-5
«Hermanos, era preciso que
se cumpliera la Escritura en la que el Espíritu Santo, por boca de David,
había hablado ya acerca de Judas, el que fue guía de los que prendieron a
Jesús. Porque él era uno de los nuestros y obtuvo un puesto en este ministerio.
Este, pues, compró
un campo con el precio de su iniquidad, y
cayendo de cabeza, se reventó por medio y se derramaron todas sus
entrañas. – Hechos 1,16-18
|
La
primera tradición recopila que Judas devolvió las monedas, la segunda que con
ellas compró un campo, la primera que se ahorcó, la segunda que se cayó de
cabeza y se derramaron sus entrañas.
7.3)
Otras pequeñas imprecisiones históricas de libros que los protestantes si
reconocen como inspirados
En
Lucas 2,1-2 se menciona que en tiempo del nacimiento de Jesús hubo un censo
siendo gobernador de Siria, el ex-cónsul Cirino, y se menciona que fue por orden
del emperador Cesar Augusto que los habitantes de Palestina debían viajar con
sus familias, a su lugar de origen para empadronarse. Cuando Publio Sulpicio
Cirino, fue gobernador de Siria se registra un censo, pero éste ocurrió en el
año 6 de nuestra era (Dato corroborado por el historiador judío, Flavio
Josefo). Por otro lado el evangelio de Lucas y el de Mateo sitúan el nacimiento
de Jesús durante el reinado de Herodes el Grande, Tetrarca de Galilea, Samaria,
Judea e Idumea. Sin embargo, Herodes murió aproximadamente el año 4 antes de
Cristo.
Eso
sin mencionar que científicamente se ha comprobado que el hombre tiene por mucho
más de 6000 años sobre la tierra.
La
verdad es que el mismo argumento que utiliza nuestro amigo para descalificar los
deuterocanónicos, lo utilizan los ateos para descalificar la Biblia entera, y
todo eso por no entender realmente cual es la finalidad de la Biblia: Darnos el
mensaje de salvación y no una explicación de cómo Dios unió átomos en moléculas,
moléculas en partículas, partículas en polvo, polvo en hombres, y todo esto
explicado en cuando al donde, cuando como y donde.
Se concluye
también que este argumento es insuficiente.
Argumento 8: El
libro de Macabeos (deuterocanónico) no puede ser inspirado porque apoya la
intercesión de los santos.
Este argumento es
planteado de la siguiente manera:
2ª de
Macabeos 15.12-16 "La visión era
esta:... se trataba de un personaje de la más alta autoridad. Onías tomó la palabra,
y dijo: "Este es Jeremías, el profeta de Dios, el amigo de sus hermanos, que
ora mucho por el pueblo y por la
ciudad santa." Jeremías extendió la
mano derecha, le dio a Judas una espada de oro y le dijo: "Toma esta espada
santa, que Dios te da; con ella destrozarás a los enemigos."". Aquí
vemos otra creencia religiosa católica y es que los muertos (pues Jeremías
estaba en el Cielo), pueden interceder por los vivos, justificando así la
oración a los
"Santos".
|
Lo
dicho en el argumento 6 es válido también para este argumento. Nada menos que la
negación de la inspiración de un libro porque enseñe una doctrina contraria a la
doctrina protestante ¿Entienden porqué Lutero no quería que permanecieran en el
canon?. ¡Nada menos que un libro escrito mucho antes de Cristo enseña doctrinas
católicas! ¿Cómo entonces podrían los protestantes afirmar que la intercesión de
los santos fue inventada luego del reinado de Constantino muchos siglos después?
El
hecho de que nuestros hermanos protestantes no logren entender que en Cristo
tenemos vida y vida en abundancia y que luego de morir en santidad podemos estar
con Cristo, lo cual ciertamente es lo mejor (Filipenses 1,23) y que precisamente
cuando estamos en su presencia no perdemos la capacidad de pedir e interceder
EN CRISTO por nuestros hermanos,
todos un mismo cuerpo y un mismo espíritu con Cristo como cabeza, tal como lo
hacemos en vida, no quiere decir que dicho libro no sea inspirado.
¿No
es curiosa esta doctrina protestante que afirma que una vez con Cristo y EN
Cristo no podamos pedir? ¿No se ve a los santos clamando en el cielo acaso?
(Apocalipsis 6,9-11).
No profundizo más
en este punto porque no es el tema en cuestión, si quiere analizar en detalle
este tema consulte:
Se concluye
también que este argumento es insuficiente.
Argumento 9: El
libro de Tobías (deuterocanónico) no puede ser inspirado porque apoya practicas
de curanderos.
Este argumento es
planteado de la siguiente manera:
Tobit
6.4-9 "El ángel le
dijo: Ábrelo y sácale la hiel, el corazón y el hígado, y guárdalos. Son un
remedio muy útil. ... Entonces el muchacho preguntó al ángel: Amigo Azarías,
¿para qué sirven de remedio la hiel, el corazón y el hígado del pescado? Él
contestó: Cuando una persona es atacada por un demonio o espíritu malo, si se
queman delante de esa persona el corazón y el hígado del pescado, cesa el ataque
y no se repite jamás. Y cuando una persona tiene nubes en los ojos, si se untan
con la hiel y se sopla en ellos, queda sana". Apoya
aquí la práctica de los curanderos.
|
Este argumento
tampoco puede utilizarse para descalificar el libro de Tobías, ante todo porque
el hecho de que el autor se sirve de las opiniones populares de su tiempo sobre
la virtud curativa de la hiel, del corazón y del hígado, y las incorpora en el
relato, no implica a que esté apoyando las prácticas de los curanderos. Tomemos
en cuenta también que en la cultura judía muchas enfermedades eran atribuidas a
demonios. Bien pudo haber sido un remedio natural. De hecho algunos expositores
creen que sería el pez llamado luccio que en griego significa “pez lobo” y cuya
especia abunda mucho en el río Trigris (Bochard observa que su hiel, mezclada
con miel, se aplica para remedio de varias enfermedades de los ojos). En el caso
de la historia narrada en el libro de Tobías, el remedio vendría a representar
una especie de colirio.
Se concluye
también que este argumento es insuficiente.
Argumento 10: El
libro de Tobías (deuterocanónico) no puede ser inspirado porque apoya practicas
de brujería
Este argumento es
planteado de la siguiente manera:
Tobit
8.1-3 "Cuando
terminaron de cenar, decidieron ir a acostarse. Llevaron al muchacho a la
habitación. Tobías se acordó entonces de lo que le había dicho Rafael. Sacó de
su bolsa el hígado y el corazón del pescado, y los puso sobre las brasas en las
que se quemaba incienso. El olor del pescado no dejó acercar al
demonio, y este salió huyendo por el aire hasta la parte más lejana de
Egipto. Rafael fue y lo encadenó allá, y volvió inmediatamente". Otra
práctica pagana y de
brujería.
|
Nuevamente se
equivoca el autor interpretando que aquí se estimulan prácticas de brujería, más
que una obediencia específica a las instrucciones específicas que él ángel le da
y de hecho la primera cosa que hizo Tobías al entrar en la pieza matrimonial fue
poner en práctica lo que él le aconsejó. El hecho de que el olor del pez aleje al
demonio no puede ser interpretado en su sentido literal, como si el demonio
huyera del mal olor, (como hacen los insectos al oler un insecticida), sino en
sentido simbólico y espiritual: el bien vence al mal. Con esta victoria de
Rafael sobre Asmodeo se cumple una parte principal del plan de Dios sobre Sara:
su curación, encomendada por Dios al ángel Rafael y la lección más que una
promoción de prácticas brujeriles, es enseñar que para quien ama a Dios, la
obediencia al Señor y la oración en familia espantan todos los males (Tobías 6,18; 8,5);
Y
cuando vayas a unirte a ella, levantaos primero los dos y haced oración y
suplicad al Señor del Cielo que se apiade de vosotros y os salve. Y no tengas miedo, porque para ti
está destinada desde el principio; tú la salvarás; ella se vendrá contigo y
te aseguro que te dará hijos que serán para ti como hermanos.
No
te preocupes.» Tobías 6,18
|
Dios, cuando y
como le parece, hace que las más mínimas cosas sirvan de instrumentos para sus
milagros. Nuestro Señor Jesucristo con un poco de barro mezclada con saliva curó
a un ciego de nacimiento (Juan 9,6), el agua del bautismo
(1 Pedro 3,21) es el elemento
visible que Dios ha elegido para regenerarnos por medio del Espíritu Santo, Dios
obraba por medio de los mandiles y mañuelos de Pablo también milagros (Hechos 19,12).
Se concluye
también que este argumento es insuficiente.
Conclusión
Ninguno de los cuestionamientos que el autor ha
planteado para cuestionar la inspiración de los libros canónicos es válido. De
hecho, lo que puede excluir o incluir un libro del Canon no es que alguien no
crea o no crea ver en el contradicciones, tampoco que no logre entender ciertos
pasajes, tampoco que no carezca de alguna imprecisión histórica, que el autor
esté plenamente conciencia de su inspiración y mucho menos que no concuerde con
las doctrinas personales de su denominación. Lo que hace un libro inspirado es
el juicio de la Iglesia y su poder de “atar y desatar”.
El hecho de que los protestantes acepten el
canon del Nuevo Testamento establecido por la Iglesia en los concilios de
Concilio de Hipo, en el año 393 A.D. y el Concilio de Cartago, en el año 397 y
419 A.D, ambos en el norte de África, y no acepten dicha decisión acerca del
canon Alejandrino (con 46 libros para el Antiguo Testamento) es también una
incoherencia, ya que está demostrado que antes de esta fecha no había unanimidad
en cuanto a los escritos del Nuevo Testamento. Y si para esta época ellos
manejan la tesis protestante de que la Iglesia ya se había corrompido (Luego de
Constantino) ¿Qué garantía tienen que los libros seleccionados por una Iglesia
que ya ellos consideraban apostata pueda dar un juicio real y verdadero sobre la
inspiración de su Biblia?
“A ti te daré las llaves del Reino de los
Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que
desates en la tierra quedará desatado en los cielos.»” Mateo
16,19
http://www.catolicosecumenicos.com/
Agradecemos vivamente al autor
2005.V.03
+++
Acerca de los
Libros Deuterocanónicos
Por Hasley
Morales
El Antiguo
Testamento en las Biblias Católicas tiene siete libros más que las Biblias
protestantes (46 y 39, respectivamente). Los protestantes llaman a esos libros
Apócrifos y los católicos los
conocen como los libros Deuterocanónicos. Estos siete
libros son: Tobías, Judit, 1ª y 2ª Macabeos, Sabiduría de Salomón, Eclesiástico
(o Sirac), y Baruc. También, las Biblias católicas contienen seis capítulos
adicionales (107 versículos) en el libro de Ester y otros tres en el libro de
Daniel (174 versículos).
Yo he notando con preocupación la
desinformación generalizada entre nuestros hermanos separados respecto al tema,
de modo que muchos protestantes tienen, sin saberlo, una Biblia incompleta. En
años recientes varios ministros protestantes se han dado a la tarea de tratar de
aclarar dicha situación, escribiendo artículos y tratados. Por mis manos han
pasado ya varios de esos artículos y tratados, todos con una increíble
similitud, [lo cual me hace pensar que todos usan una fuente común], dando
razones para no incluir los Deuterocanónicos en la Biblia. En las siguientes
líneas contestaré a dichas objeciones.
Objeción
#1
“Esos libros nunca formaron parte del
canon judío. Pablo afirma que los judíos fueron los depositarios de la
Revelación (Romanos 3,2) y el suyo es, por tanto, el canon válido. No existe ni
un solo ejemplar del Antiguo Testamento editado en hebreo que contenga los
apócrifos.”
|
Respuesta:
Todas las
evidencias apuntan a que entre los judíos existió un doble canon. El canon breve
de los judíos de Palestina, que no contenía los libros Deuterocanónicos, y el
canon amplio de los judíos alejandrinos, que comprendía los libros
Deuterocanónicos. Hay sin embargo algunas evidencias de que tal vez entre los
judíos palestinos hayan circulado los libros Deuterocanónicos: En Qumrán, la
evidencia bíblica/arqueológica más antigua, se han encontrado algunos fragmentos
de tres libros Deuterocanónicos: del Eclesiástico (gruta 2), de Tobías (gruta 4)
y de Baruc (gruta 7).
Es absurdo rechazar un libro porque no haya sido
escrito en la lengua de los judíos, pues esto se debe principalmente a que (a)
El griego comenzaba a ser lengua común para todos y (b) Se perdieron los
originales de algunos libros y sólo quedaron sus copias en griego. Un ejemplo de
esto último es el Eclesiástico, que fue originalmente escrito en hebreo y que
San Jerónimo lo conoció en su lengua original.
En tiempos de los
apóstoles la Septuaginta era la traducción del Antiguo Testamento de uso común,
y esta contenía los Deuterocanónicos; por ello no es de extrañar que 300 de las
más de 350 referencias directas que se hacen en el Nuevo Testamento al Antiguo
hayan sido tomadas de la Septuaginta. Cuando Pablo dice en 2Timoteo 3:16 “Toda
escritura es inspirada” está hablando de la Septuaginta.
Objeción
#2
“Los libros apócrifos no son citados
nunca por el Señor ni por sus apóstoles en el Nuevo Testamento”
|
Respuesta:
No es cierto,
pero antes que nada, hay que saber diferenciar entre las formas de hacer
referencia al Antiguo Testamento que usaron los autores del Nuevo Testamento.
Primero tenemos las referencias directas, que generalmente usan la forma “para
que se cumpliera lo que estaba escrito” o simplemente “como está escrito”; y las
indirectas, que carecen de dicha fórmula. Aquí hay algunos ejemplos de
referencias indirectas hechas a los libros Deuterocanónicos en el Nuevo
Testamento:
1. Hebreos 11,35: "...Unos fueron torturados, rehusando la
liberación por conseguir una resurrección mejor." El único lugar en el Antiguo
Testamento en que encuentras referencia a esto es en 2Macabeos 7:1-29. Si no
tienes 2Macabeos, ¿Cómo puedes explicar esto?
2. Hebreos 11,38:
"...errantes por desiertos y montañas,..." Esto se encuentra en 1Macabeos
2,28-30 y 2Macabeos 5,27.
3. Juan 10,22: "Se celebró por entonces en
Jerusalén la fiesta de la Dedicación..." Esto se encuentra en 1Macabeos 4,52-59.
4. Romanos 9,21: "El alfarero no es dueño de hacer de una misma masa..."
Esto se encuentra en Sabiduría 15,7
5. 1Pedro 1,6-7, "...el oro que es
probado por el fuego..." Esto se encuentra en Sabiduría 3,5-6
6. Romanos
1,18-32, “Dios es conocido por las cosas que El ha creado...” Esto se encuentra
en Sabiduría 13,1-9
7. Apocalipsis 21,18: "El material de esta muralla
es jaspe y la ciudad es de oro puro semejante al vidrio puro." Se encuentra en
Tobías 13,16-17.
8. Mateo 13,43: "Entonces los justos brillarán..." Se
encuentra en Sabiduría 3,7.
9. Marcos 14,61-62: "...¿Eres tú el Cristo,
el Hijo del Bendito? Y dijo Jesús: "Sí, yo soy..." Se encuentra en Sabiduría
2,13.
10. Lucas 24,4: "... se presentaron dos hombres con vestidos
resplandecientes." Se encuentra en 2Macabeos 3,26.
11. Romanos 11,33:
"...¡Cuán insondables son sus designios e inescrutables sus caminos!" Se
encuentra en Judit 8,14.
12. 1Corintios 10,20: "...lo inmolan a los
demonios y no a Dios..." Se encuentra en Baruc 4:7.
13. 1Juan 3,17: "Si
alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le
cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?" Se encuentra
en Tobías 4,7.
14. 1Corintios 15,29: “De no ser así ¿a qué viene el
bautizarse por los muertos? Si los muertos no resucitan en manera alguna ¿por
qué bautizarse por ellos?” Aquí San Pablo tenía en mente 2Macabeos 12,44.
Objeción
#3
“No encontramos los apócrifos en
ningún catálogo de libros canónicos reconocidos por la Iglesia en sus primeros
cuatro siglos de existencia.”
|
Respuesta:
Hasta el siglo
cuarto la iglesia no se planteó el tema del canon de forma seria [algo que
comenzó a cambiar con San Agustín], pero los cristianos si reconocían esos
libros. Aquí hay algunos ejemplos:
• La Didajé (hacia 90-100 D.C.) 4,5
alude claramente al Eclesiástico 4,31. También Didajé 5,2 se refiere a Sabiduría
12,7.
• Clemente de Roma (+101 D.C.) aduce el ejemplo de Judit y la fe
de Ester. También alude al libro de la Sabiduría y al Eclesiástico.
•
Ignacio de Antioquia (35-107 D.C.) alude al libro de Judit 16,14 en su Epístola
a los Efesios.
• El Pastor Hermas (hacia 140-154 D.C.) tiene bastantes
alusiones a diversos libros Deuterocanónicos: al Eclesiástico, a Tobías, a
2Macabeos y a Sabiduría.
• San Justino (+165 D.C.), en su Diálogo con
Trifón acusa a los judíos de rechazar de la versión griega de los Setenta las
Escrituras que testificaban en favor de Cristo.
• Clemente de Alejandría
(150-215 D.C.) conoce todos los libros y pasajes Deuterocanónicos y los
considera como sagrados y canónicos.
Objeción
#4
“Los más ilustres Padres de la
Iglesia rechazaron categóricamente los apócrifos: Melitón, Atanasio, Jerónimo,
Cirilo, Rufino”.
|
Respuesta:
Este argumento
empieza con una premisa falsa, pues San Agustín es el más ilustre de los Padres
de la Iglesia y aceptaba los Deuterocanónicos.
A pesar que durante los
siglos I & II se aceptaban los Deuterocanónicos de forma unánime, durante
los siglo III & IV empiezan a surgir dudas respecto a estos. Estas dudas se
originaron principalmente por las disputas con los judíos, quienes negaban la
canonicidad de estos libros, por lo cual los apologistas se vieron obligados a
usar sólo los otros 39 libros del Antiguo Testamento para argumentar.
De
los Padres citados por los protestantes, San Jerónimo es el único que rechaza de
forma categórica y absoluta los Deuterocanónicos, pues los demás llegan a
aceptar algunos. La Iglesia sin embargo, nunca ha sostenido que los Padres sean
individualmente infalibles. San Jerónimo finalmente se plegó a la decisión de la
Iglesia de aceptar los Deuterocanónicos, y los incluyó en su Vulgata Latina (la
versión que tomó como oficial el Concilio de Trento).
A partir de fines
del siglo V las dudas acerca de los Deuterocanónicos van desapareciendo,
restableciéndose así la unanimidad en el siglo VI.
Objeción
#5
“Los mismos libros apócrifos delatan
no ser de inspiración divina. Por ejemplo en 2Macabeos 15,38 el autor renuncia a
toda pretensión de inspiración”.
|
Respuesta:
Los protestantes
citan aquí un pasaje de 2Macabeos donde el escritor se atribuye a sí mismo la
autoría de dicha obra, para concluir así que tal obra no puede ser de
inspiración divina. Hay sin embargo un paralelo a esto en el Nuevo Testamento,
en el evangelio de Lucas:
“Puesto que muchos han intentado narrar
ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, tal como nos las
han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores
de la Palabra, he decidido yo también, después de haber investigado
diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre
Teófilo, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.” -
(Lucas 1,1-4)
Se hace evidente aquí que el autor del Evangelio de Lucas
se atribuye también la investigación y redacción de dicha obra.
El
problema tal vez tenga su origen en la forma en que los protestantes ven la
Biblia. Para nosotros los católicos, Dios inspiró la Biblia pero esta fue
escrita por hombres. Los protestantes en cambio, ven la Biblia tal como si Dios
la hubiera dictado palabra por palabra. Tal visión errada y casi idólatra de las
escrituras es la misma que los lleva a atacar la ciencia y sus avances, por
contradecir esta en numerosas ocasiones su interpretación excesivamente literal
de pasajes como el relato de la creación de Génesis.
La forma en que
está escrito el citado versículo de 2Macabeos no hace pensar que no es
inspirado. El autor está más bien preocupado por la composición literaria del
libro, y dice que se esforzó en que la construcción del libro fuera buena; su
calidad literaria, no la validez del contenido.
Objeción
#6
“Casi todos estos apócrifos fueron
escritos mucho después de que se hubiera cerrado el tiempo del canon del A.T.,
que duró hasta Malaquías. Sus autores no pueden ser profetas, ni tener el oficio
profético, ni ser, por tanto, inspirados”.
|
Respuesta:
Para los
protestantes, Esdras habría cerrado de modo definitivo el canon, de tal manera
que en lo futuro no se permitió añadir más libros; para los católicos, en
cambio, la compilación canónica de Esdras no había sido definitiva. Por eso, los
judíos alejandrinos pudieron añadir más tarde los libros Deuterocanónicos.
Son varios los argumentos en que se apoya la postura protestante. En
primer lugar, el celo de Esdras por la Ley. 2 Macabeos 2:13 afirma que Nehemías
hizo una biblioteca para recoger los Libros Sagrados. Flavio Josefo atribuye la
formación del canon al tiempo de Artajerjes I Longímano (465-425 A.C.), es
decir, al período en que tuvo lugar la actividad religiosa de Esdras y Nehemías.
Sin embargo, las dificultades que se oponen a esta teoría son muy
fuertes. Si Esdras fue el que cerró el canon del Antiguo Testamento habría que
explicar porque los libros de las Crónicas y de Esdras fueron incluidos en la
lista canónica, pues estos fueron escritos hasta el tiempo de los griegos, es
decir, bastante después de la muerte de Esdras.
Objeción
#7
“Aunque
fue permitido la lectura de dichas obras, tanto en Israel como en la Iglesia
Cristiana, para instrucción, jamás fueron tenidas por canónicas ni inspiradas,
sino hasta el Concilio de Trento (1546, diecisiete siglos después que la Iglesia
había vivido sin ellas); este concilio no fue representativo de la Cristiandad,
y hoy en día los mejores teólogos católico-romanos desean que haya sido superada
la época tridentina”.
|
Respuesta:
Si esos libros no
formaron parte del canon hasta 1546 ¿Cómo fue que Martín Lutero los eliminó en
1534? Este error por sí sólo es una muestra contundente de la poca solidez de
dicha objeción.
La historia demuestra que no es verdad lo que dijo
Lutero, los cristianos siempre habían reconocido esos libros como parte de las
escrituras. Los concilios del siglo IV y posteriores habían confirmado la
creencia cristiana. La opinión de Lutero era más bien la de los judíos que
seguían el canon del concilio de Jamnia, hecho a finales del primer siglo de
nuestra era. El problema es que Jamnia no era un concilio Cristiano, sino uno
Judío, llamado específicamente para oponer a la Cristiandad.
Los
Concilios de la Iglesia en Hipona (393 D.C.) y Cartago (397, 419 D.C.),
enormemente influenciados por San Agustín, listaron los libros Deuterocanónicos
como escritura inspirada, lo cual fue simplemente el visto bueno de lo que se
había convertido en el consenso general de la Iglesia en Occidente y en la mayor
parte del Oriente. De esta manera, el Concilio de Trento sólo reiteró en
términos más fuertes lo que ya había sido decidido once siglos antes.
Obras consultadas:
Introducción a la Biblia - Manuel de Tuya / José
Salguero
Martin Lutero y el nacimiento del protestantismo – James Atkinson
Biblia de Jerusalén – Editoral Desclée
+++
El
problema de la convivencia cívica, y el de la convivencia entre personas de
diferentes creencias religiosas, tradiciones culturales, etc., es un problema
real, en todo tiempo y de modo especial en la época contemporánea. Pretender
resolverlo postulando la separación programática entre política y religión es
condenarse a hacerlo insoluble, ya que es .precisamente el reconocimiento de la
dimensión religiosa del hombre lo que lleva a fundamentar radicalmente la
trascendencia de la persona y, por tanto, a poner de relieve la necesidad del
respeto a la intimidad de las conciencias y los consiguientes límites de toda
autoridad estatal (cfr. Conc. Vaticano II, Declaración Dignitatis humanae,
1-3).´
+++
Descartemos
cualquier tentación de pura autodefensa, porque la comunicación de la fe se
dirige “no sólo a los que escuchan al mensajero, sino también a los que lo
ignoran o rechazan”.
+++
Un
cristiano que vive y se alimenta del anuncio evangélico dentro de la Iglesia
fundada por Cristo, debe saber siempre que el otro, aunque sea un adversario
temible, lo es sólo coyunturalmente, porque es destinatario del mismo tesoro de
vida que él ya ha encontrado. Y por eso Benedicto XVI subraya la profunda unidad
entre la fe y el amor, porque sin éste, cualquier apostolado se vuelve estéril y
vacío. 2005.
+++
Todos, tarde o temprano
tendremos que tomar –como dice Sr. Robin- una decisión, pues ‘nadie
puede servir a dos amos; porque odiará a uno y amará al otro, o será fiel a uno
y al otro no le hará caso. No se puede servir a Dios y al ‘santero’ (Mateo
6, 24).
‘Si quieres alcanzar la vida eterna, guarda los mandamientos (ama a Dios
sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo). Si quieres conocer
la verdad, cree en Mí (Jesús de
Nazaret). Si quieres ser perfecto, vende cuanto tienes (y hazte
pobre de espíritu). Si quieres ser mi discípulo, niégate a ti mismo
(acaba con
el orgullo). Si quieres alcanzar la vida eterna, desprecia la presente
(mira hacia
el cielo). Si quieres ser ensalzado en el cielo, humíllate en la tierra
(se
humilde). Si quieres reinar conmigo, lleva conmigo la cruz (con
ánimo). Porque sólo los siervos de la cruz hallan el camino de la
felicidad y de la luz verdadera que lleva a Dios. (Evangelio de Ntro. Señor
Jesucristo según San Mateo y San Lucas) [Autor Mario SAVIGNON.
Rep.Dominicana]2005
+++
La
bajada del Espíritu Santo
sobre los apóstoles y sobre la primera comunidad de los discípulos de Cristo que en el
Cenáculo “perseveraban en la oración, con un mismo espíritu” en compañía de
María, la madre de Jesús (cf. Hch 1, 14), hace referencia al
significado veterotestamentario de Pentecostés. La fiesta de la siega se
convierte en la fiesta de la nueva “mies” que es obra del Espíritu Santo: la mies en el Espíritu.
Esta
mies es el fruto de la
siembra de Cristo-Sembrador. Recordemos las palabras de Jesús que nos
refiere el Evangelio de Juan: “Pues bien, yo os digo: alzad vuestros ojos y ved
los campos, que blanquean ya para la siega” (Jn 4, 35). Jesús daba a
entender que los Apóstoles recogerían ya tras su muerte la mies de esta siembra: “Uno es el sembrador y otro el
segador: yo os he enviado a segar donde vosotros no os habéis fatigado. Otros se
fatigaron y vosotros os aprovecháis de su fatiga” (Jn 4, 37-38). Desde
el día de Pentecostés, por obra del Espíritu Santo, los Apóstoles se
transformarán en segadores de la siembra de Cristo. “El segador recibe el
salario, y recoge fruto para vida eterna, de modo que el sembrador se alegra
igual que el segador” (Jn 4, 36). Y, en verdad, ya el día de Pentecostés,
tras el primer discurso de Pedro, la mies se manifiesta abundante porque se convirtieron
“cerca de tres mil personas” (Hch 2, 41) de forma que eso
constituyó motivo de una alegría común: la alegría de los apóstoles y de su
Maestro, el divino Sembrador.
Jesucristo:
1. Hijo, conviene que lo des
todo por el todo; y no ser nada de ti mismo. Sabe que amor propio te daña más
que ninguna cosa del mundo. Según fuere el amor y afición que tienes a las
cosas, estarás más o menos ligado a ellas. Si tu amor fuere puro, sencillo y
bien ordenado, no serás esclavo de ninguna. No codicies lo que no te conviene
tener. No quieras tener cosa que te pueda impedir y quitar la libertad interior.
Es de admirar que no te entregues a Mí de lo íntimo del corazón, con todo lo que
puedes tener o desear.
2. ¿Por qué te consumes con vana tristeza? ¿Por qué te
fatigas con superfluos cuidados? Está a mi voluntad, y no sentirás daño alguno.
Si buscas esto o aquello, y quisieres estar aquí o allí por tu provecho, y
propia voluntad, nunca tendrás quietud, ni estarás libre de cuidados; porque en
todas hay alguna falta, y en cada lugar habrá quien te ofenda.
3. Y así,
no cualquier cosa alcanzada o multiplicada exteriormente aprovecha; sino más
bien la despreciada y desarraigada del corazón. No entiendas eso solamente de
las posesiones y de las riquezas; sino también de la ambición de la honra, y
deseo de vanas alabanzas, todo lo cual pasa con el mundo. Importa poco el lugar,
si falta el fervor del espíritu; ni durará mucho la paz buscada por de fuera, si
falta el verdadero fundamento de la disposición del corazón; quiero decir, si no
estuvieses en Mí, puedes mudarte, pero no mejorarte. Porque en llegando y
agradando la ocasión, hallarás lo mismo que huías, y más. Oración para pedir la
limpieza de corazón, y la Sabiduría celestial.
El Alma:
4.
Confírmame, Señor, en la gracia del Espíritu Santo. Dame esfuerzo para
fortalecerme en mi interior, y desocupar mi corazón de toda inútil solicitud y
congoja, y para que no me lleven tras sí, tan varios deseos por cualquier cosa
vil o preciosa; sino que las mire todas como pasajeras, y a mí mismo como que he
de pasar con ellas. Porque nada hay permanente debajo del sol, adonde todo es
vanidad y aflicción de espíritu. ¡Oh! ¡Cuán sabio es el que así
piensa!
5. Dame, Señor, sabiduría celestial, para que aprenda a buscarte
y hallarte sobre todas las cosas, gustarte y amarte sobre todas y entender lo
demás como es, según el orden de tu sabiduría. Dame prudencia para desviarme del
lisonjero, y sufrir con paciencia el adversario. Porque esta es muy gran
sabiduría, no moverse a todo viento de palabras, ni tampoco dar oídos a la
engañosa sirena, pues así se anda con seguridad el camino del
cielo.
+++
“Alegraos en el Señor siempre; lo repito:
alegraos. Que vuestra bondad sea notoria a todos los hombres. El Señor está
cerca. No os inquietéis por cosa alguna, sino más bien en toda oración y
plegaria presentad al Señor vuestras necesidades con acción de gracias. Y la paz
de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, considerad lo que hay de
verdadero, de noble, de buena fama, de virtuoso, de laudable; practicad lo que
habéis aprendido y recibido, lo que habéis oído y visto en mí, y el Dios de la
paz estará con vosotros.” San Pablo en su carta a los Filipenses 4,
4-9vs.
+++
¡Que tu conducta
nunca de motivos de injustificada inquietud a la creación, de la que tú eres el
rey!
+++
Dijo Dios:
«Produzca la tierra animales vivientes según su especie: ganados, reptiles y
bestias salvajes según su especie». Y así fue. Dios hizo las bestias de la
tierra, los ganados y los reptiles campestres, cada uno según su especie. Vio
Dios que esto estaba bien. Gen. 1, 24-25
+++
“Desde ahora me
llamarán dichosa todas las generaciones” Biblia. Evangelio según San Lucas
Cap.1º vs. 48. La Iglesia, hace XXI siglos fundada por Tu Hijo, te alaba, ¡Oh
Madre plena de dicha y felicidad!
Gracias de la
visita
VERITAS OMNIA VINCIT
LAUS TIBI CHRISTI.
Debido a la existencia
de páginas excelentes sobre apologética y formación, lo que se pretende desde
aquí es contribuir muy modestamente y sumarse a los que ya se interesan por el
Evangelio de Cristo de manera mucho más eficaz.
Compendio
del Catecismo de la Iglesia católicaLa fe de los sencillos - Una síntesis fiel y segura
del Catecismo de la Iglesia católica. Contiene, de modo conciso, todos los
elementos esenciales y fundamentales de la fe de la Iglesia. 2005. ¡No falte en el bolsillo de cada cristiano para
aprenderlo!
Creer, celebrar, vivir y orar, esta y no más es la
fe cristiana desde hace 2000 años, enseñada por la Iglesia Católica sin error
porque Cristo la ilumina y sólo Él la guía.
Recomendamos vivamente:
Título: ¿Sabes leer la
Biblia?
Una guía
de lectura para descifrar el libro sagrado - Autor: Francisco Varo – MMVI. Marzo - Editorial:
Planeta Testimonio
Recomendamos vivamente:
COMPRENDER LOS EVANGELIOS.
(Necesidad de la investigación
histórica).
Vicente BALAGUER, Doctor en Teología y en Filología,
profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de la Universidad de
Navarra. Imparte habitualmente cursos sobre los Evangelios y sobre la
interpretación de la Biblia. Editorial Eunsa – Astrolabio/Religión
-
Recomendamos vivamente:
1º
Título: ‘Biblia y ciencia de la fe’ La Palabra de Dios
fecunda.
Autor: Carlos
Granados-Agustín Jiménez (eds.)- Editorial: Ediciones Encuentro
La Iglesia es la obra de
Dios a través de los hombres. †
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